Contribución al conocimiento geológico de Oaxaca, México--El área Laollaga-Lachivizá

Autores/as

  • Ismael Ferrusquía-Villafranca

Palabras clave:

Geología, Estratigrafía, Tectónica, Litoestratigrafía, Vulcanismo, Sedimentación Continental, Cretácico, Cenozoico, Terciario, Edades Radioisotópicas K-Ar, Laollaga, Lachivizá, Estado de Oaxaca, Sureste de México

Resumen

El área se encuentra en la Región Ístmica de Tehuantepec, entre los 16º35’–16º45’ Lat. N y 95°10’– 95º25’ Long. W; su extensión es de 493.5 km2, tiene relieve abrupto y en ella afloran cuerpos de rocas precenozoicas y cenozoicas. 

La unidad más antigua es el Complejo Metamórfico, de edad precenozoica indeterminada, que forma dos cuerpos separados, el nororiental consiste en filita y esquisto de cuarzo, biotita y clorita, así como de granulita de aegirina, biotita, clorita y plagioclasa; el suroccidental tiene además como componente principal mármol fino a mesogranoblástico bandeado. Una secuencia de calizas cretácicas micríticas a espatíticas, en parte dolomitizadas, bandeadas, con recristalización extensa, crasoestratificadas, dispuestas en bloques homoclinales de echados moderados y rumbos diversos, sobreyace en discordancia al Complejo. 

En la re­gión ocu­rrió ac­ti­vi­dad tec­tó­ni­co-mag­má­ti­ca que cau­só fa­lla­mien­to, em­pla­za­mien­to de tron­cos si­lí­ci­cos, le­van­ta­mien­to y re­gre­sión ca­si com­ple­ta del mar, pro­ba­ble­men­te en el lap­so Cre­tá­ci­co Tar­dío-Ter­ciario Tem­pra­no. La ero­sión de las me­ta­mor­fi­tas y ca­li­zas, ge­ne­ró unos 450 m de con­glo­me­ra­do, are­nis­ca y li­moli­ta in­ma­du­ros, fi­la­re­ní­ti­cos, do­mi­nan­te­men­te con­ti­nen­ta­les, lep­to a cra­soes­tra­ti­fi­ca­das, dis­pues­tas en blo­ques ho­mo­cli­na­les de echa­dos fuer­tes y rum­bos di­ver­sos; la pre­sen­cia en es­tas ro­cas de to­ba­clas­to­s–es­ca­so­s–e­viden­cia vol­ca­nis­mo pe­ne­con­tem­po­rá­neo en la re­gión. Se con­si­de­ra una edad ter­cia­ria tem­pra­na pa­ra es­ta uni­dad epi­clás­ti­ca, que so­bre­ya­ce a las pre­ce­den­tes en dis­cor­dan­cia, y sub­ya­ce de mo­do si­mi­lar a una ex­ten­sa y po­ten­te (2,000 a 2,500 m) se­cuen­cia pi­ro­clás­ti­ca, cla­ra, fél­si­ca, de gran di­ver­si­dad tex­tu­ral, gra­do de sol­damien­to va­ria­do, flu­jo y ae­roem­pla­za­da, lep­to a cra­soes­tra­ti­fi­ca­da, dis­pues­ta en blo­ques ho­mo­cli­na­les con echados mo­de­ra­dos a fuer­tes, y rum­bos di­ver­sos. Di­ques ais­la­dos, man­tos y tron­cos de com­po­si­ción in­ter­me­dia a má­fi­ca y tex­tu­ra va­ria­da, in­tru­sio­nan a la uni­dad pi­ro­clás­ti­ca; eda­des K-Ar de 13.01 a 15.16 Ma y de 13.46 a 16.92 Ma de unos y otra res­pec­ti­va­men­te, evi­den­cian su coe­ta­nei­dad, y los si­túan en el Mio­ce­no Me­dio Tardío. Un do­mo rio­lí­ti­co tie­ne con­tac­to por fa­lla con la uni­dad pi­ro­clás­ti­ca y so­bre­ya­ce dis­cor­dan­te­men­te a la epi­clás­ti­ca fi­la­re­ní­ti­ca; es la pri­mer es­truc­tu­ra me­so­ter­cia­ria de es­te ti­po, re­co­no­ci­da en la re­gión. De­rra­mes ba­sál­ti­cos y de­pó­si­tos fi­no­clás­ti­cos pe­que­ños, ais­la­dos, y sua­ve­men­te in­cli­na­dos, ya­cen en dis­cor­dan­cia so­bre la uni­dad pi­ro­clás­ti­ca. Sue­los di­ver­sos, de­pó­si­tos co­lu­via­les es­ca­sos, ais­la­dos, ho­ri­zon­ta­les cua­ter­na­rios, discor­dan­te­men­te so­bre­ya­cen a las uni­da­des pre­ce­den­tes.

Ex­ten­so frac­tu­ra­mien­to y fa­lla­mien­to con di­rec­cio­nes pre­fe­ren­tes prin­ci­pa­les WNW-ESE y NE-SW, y su­bor­di­na­das NNW-SSE y ENE-WSW, afec­tó a las uni­da­des pre­ce­no­zoi­cas y a las ter­cia­rias (con más in­ten­sidad), ge­ne­ran­do así mis­mo un gra­ben elon­ga­do en di­rec­ción NW-SE, en don­de se ha pre­ser­va­do la se­cuen­cia ce­no­zoi­ca; la ma­yor par­te de las fa­llas son de ti­po nor­mal, em­pe­ro la pre­sen­cia de una fle­xu­ra ha­cia el sur que mues­tran las fa­llas y frac­tu­ras, así co­mo al­gu­nos ras­gos geo­grá­fi­co-fí­si­cos del área en su por­ción me­ri­dio­nal, su­gie­ren que des­pués del fa­lla­mien­to prin­ci­pal, ocu­rrió otro me­nos in­ten­so, de des­pla­za­mien­to la­te­ral y di­rección NW-SE. La edad del fa­lla­mien­to es post-me­so­mio­cé­ni­ca tar­día, sin que pue­da pre­ci­sar­se más al pre­sen­te.

 

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Publicado

2022-11-25